Donde yo surfeo (o hago algo parecido) las olas suelen brillar por su ausencia o falta de fuerza y tamaño, es por eso que me causa una mezcla de admiración y desconcierto cuando veo a gente de mi alrededor intentando surfear olitas de condiciones mínimas con esas tablas tan técnicas, estrechas y con el volumen muy justo, exceptuando cuando el surfer alcanza el nivel que esas tablas precisan.
Es en los días de sol cuando la gente más novata sale al agua y son muchos los que utilizan shortboards, igual es una forma de imitar a los pro surfers que nos cansamos de ver junto a las marcas que les patrocinan, o puede ser que hayan recibido un mal consejo de un colega, o lo que es más grave, de una surf shop.
Viva el volumen, el mejor amigo de los que ni somos profesionales, ni pretendemos serlo.
Quiver de mucho volumen
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